domingo, 22 de abril de 2012

Y la Liga se tiñó de blanco.

Finiquitada. La Liga BBVA terminó de escribir ayer la última página dedicada a la pelea por el campeonato 2011-2012 tras vencer el Real Madrid en el Camp Nou por primera vez en los últimos 3 años, desde la llegada de Guardiola al banquillo del Barcelona. Con el mazazo propinado al eterno rival, el equipo blanco se coloca 7 puntos por delante a falta de cuatro jornadas por disputarse, y lo más probable es que logre certificar su título dentro de dos fines de semana, si nada se tuerce. Es la trigesimosegunda liga del club del Bernabeu, que coge mucha moral para afrontar su duelo contra el Bayern entre semana por un puesto en la final de la Champions League.






"Se equivocó la paloma...se equivocaba. Por ir al Norte fue al Sur, creyó que el trigo era agua. Se equivocaba". Así rezan unos versos de Rafael Albert, enmarcados en el contexto de la división de España en dos y de la devastadora Guerra Civil de nuestro país. Pero aquí no los he empleado por su significado metafórico, sino por el error (la equivocación) de Pep Guardiola al plantear el partido contra el Real Madrid. O quizás el fallo fue de unos jugadores que salieron hecho un manojo de nervios y en ningún momento se parecieron a los del 2-6 en el Bernabeu, o los de la famosa manita que tantas risas suscitó por parte de la hinchada culé y de un Sandro Rosell que acabó tragándose sus palabras acerca de la Final de Copa. Lo cierto es que ayer el Barça sufrió un cortocircuito, un apagón generalizado en todo su sistema de juego que lo dejó con menos ocasiones de gol que el Real Madrid (algo totalmente novedoso en los muchos enfrentamientos que habían protagonizado ambos equipos) y sesteando durante la mayor parte del partido en el que se jugaban el llegar a los últimos doce puntos en disputa con uno, cuatro o siete de desventaja.

¿Erró Guardiola? Puede ser. Xavi no recibía balones para dar pases en profundidad y hacer gala de esa excelente visión de juego que tiene por estar situado demasiado arriba, y Thiago se vio superado por un Khedira poderoso y un centro del campo madridista muy voluntarioso y arrimando el hombro en labores defensivas. En los primeros minutos el Barça se dedicó a mover el balón de un lado a otro sin un acercamiento serio a la meta de Casillas, mientras que el Real forzaba un córner y Cristiano Ronaldo remataba con un cabezazo que se envenenó al tocar en Puyol. El portugués se ofreció muy bien en la banda y, exceptuando su primer recorte fallido, logró dejar atrás a Puyol en todas las ocasiones. Y en una de estas, rondando el minuto 17, el defensa catalán cometió un error de los que no se le ven prácticamente nunca. Córner a favor de los capitalinos, remate de Pepe que desvió Valdés como pudo y fallo incomprensible de un Puyol que dudó a la hora de despejar, tratando de proteger el balón para que su portero lo atrapara. Y Khedira, al que nadie esperaba acercándose a meter uno de los goles típicos de Raúl, metió la pierna para empujar el esférico a las redes y correr con sus compañeros a celebrar un gol que nadie se creía. El Camp Nou enmudecía, el Madrid ganaba 0-1.

El gol suponía el 108 de la temporada para los madridistas, récord al superar los 107 del de Toshack hace ya unos cuantos años, como muy puntualmente nos ha ido informando Marca (¬¬), y una inyección de ánimo para un equipo que solía verse superado siempre por el eterno rival cuando llegaba la hora de la verdad. El Madrid supo echarse atrás y aguantar el tipo, forzando al Barça a seguir con su interminable posesión cerca del medio campo, y anular a Messi sin más faltas que una de Pepe. Solo un tiro de Xavi que desvió Casillas, y el descaro de un Tello que pese a su voluntad no tuvo fortuna ni en el tiro ni en los centros, sirvieron de salvavidas a un Barcelona que hacía aguas.

Comenzada la segunda parte, la vida siguió igual, con un Madrid agazapado tras una defensa muy segura (Incluso Coentrao, criticadísimo tras su lamentable partido en Munich), y unos culés que no encontraban huecos entre la presión de todo el equipo blanco. Pep movió piezas y sentó a...¡Xavi!, para sorpresa generalizada, metiendo en su lugar a Alexis Sánchez. Y le salió bien el experimento, puesto que el chileno llegó y besó el santo tras una sucesión de afortunados rebotes. Ni un Casillasi nmenso con dos paradones logró evitar un gol muy similar al de Khedira. Corría el minuto 71 y el Barcelona parecía recuperar la moral, donde yo estaba viendo el partido se comenzaban a oír ya palabras agoreras y recuerdos del partido de la primera vuelta. Sin embargo, poco después Özil dio un pase en largo fantástico que recogió Cristiano, velocísimo, y con sangre fría y velocidad recortó a Víctor Valdés para lanzar el balón hacia la portería. El esférico besó las redes y el portugués salió corriendo hacia el lateral para recibir el abrazo de todos sus compañeros.

Un pequeño apunte: Cristiano Ronaldo me parece un jugador buenísimo, y bastante chulo, aunque haya perdido parte de ese carácter desde que llegó del Manchester (donde, directamente, lo odiaba), pero su celebración me encantó. Ese gesto con la mano pidiendo tranquilidad, sin saber si se dirigía exactamente a sus compañeros o a la grada, me pareció una celebración a medio camino entre la provocación, la chulería y lo grande. Me recordó a Raúl corriendo con el dedo en la boca mandando a callar a la hinchada culé. Desapruebo meterme con la afición contraria tras marcar un gol, pero conociéndome a la hora de jugar, sé que en un momento tan tenso como el de ayer, con la Liga en el bolsillo, ganando en el campo del eterno rival y logrando acallar a todos los que lo acusaban de no aparecer en los partidos finales...probablemente mi reacción hubiera sido similar.

El gol destrozó el corazón de un Barça, que se vio sin fuerzas para intentar un último asalto. Sergio Ramos y Arbeloa desbarataron internadas de Tello y Messi, y las entradas de Cesc y Pedrito no influyeron para nada. Mourinho estuvo lento con los cambios, que al final fueron solo una forma de perder el tiempo, pues tenía que haber quitado rápido a un inoperante Di María para meter a Callejón. Al final el ex del Espanyol entró junto a Granero e Higuaín para seguir presionando. En la portería Casillas dio un recital de colocación y veteranía, aguantando balones y arañando valiosos segundos mientras el madridismo miraba al reloj y al árbitro, pidiendo la hora. En la última del encuentro Ronaldo tuvo el 1-3, pero su remate, muy forzado, fue estorbado por Puyol y la pelota se fue alta. Daba igual, el último saque del Barça fue despejado y el juez del partido pitó el final. La Liga estaba sentenciada, Cibeles comenzó a acoger gente y Guardiola se metió en el vestuario cabizbajo. Mucho ojo con dar por muerto al Barça, que aún le quedan dos títulos en los que tiene muchas opciones.

Para terminar quisiera dedicar unas líneas a Pep Guardiola, el ingeniero del mejor Barça de la Historia, y uno de los grandes equipos de todos los tiempos. Lo contemplan tres Ligas, Dos Champions, una Copa, dos Mundialitos, tres Supercopas de España, dos de Europa y la posibilidad de sumar otra Liga de Campeones y otro entorchado copero este año. Ha instaurado un 4-3-3 legendario, desatado a un Leo Messi que está destrozando récords, y revitalizado a un equipo que, pese a la indudable calidad de toda su plantilla, había languidecido, dominado por el Madrid de Capello o Schuster, después de los años dorados de Rikjaard. Ha sido duramente criticado por su "falsa humildad", ataques que yo mismo he hecho porque, sinceramente, se pasa, o por su hipocresía, de nuevo alguna vez le he dado caña por "no hablaremos de los árbitros" para acto seguido dejar caer dardos, pero lo cierto es que ha sido, normalmente, educado y respetuoso para con todo el mundo. Muy señorial.

Y ahora le empiezan a llover las críticas. Que apueste menos por la cantera, algo que admiro profundamente, el como ha dado minutos a Cuenca, Tello, Piqué, Busquets o Pedrito a lo largo de estos años, y logrado reemplazos de garantías para un equipo de élite, que renueve su sistema, que deje de innovar...creo que no se está siendo justo con él. Es una Liga, y aún queda una Champions y una Copa en juego. El Barça no está ni mucho menos acabado, y dudar del mejor entrenador del mundo es una osadía. Para los culés es el momento de cerrar filas y animar a muerte a su equipo para lograr los títulos que aún les quedan en juego.



Y dicho esto, y con mi mayor respeto, espero que no lo consigan, porque no me gusta nada el Barça.

AMUNT VALENCIA.


2 comentarios:

  1. Gran entrada Tirso, seguiré de cerca tu blog = )

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  2. Por cierto me acabo de hacer página en Blogger así que una ayudita para introducirme en este mundo estaría genial ;)

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