"Las Monarquías de Dios es Canción de Hielo y Fuego con pólvora, menos puntos de vista y un ritmo mucho más rápido."
http://www.alamutediciones.com/alamut/titulos/viajehawkwood.htm
Hace ya más de un año que me leí "El Viaje de Hawkwood", primer libro de la saga de "Las Monarquías de Dios" y, pese a las lagunas en la memoria lógicas, creo que es un buen momento para hacer una review y rezar para que algún aficionado a la fantasía se pase por el blog, lea la crítica y diga: "vaya, esto es interesante", para comprarse el libro.
Y es que merece la pena, y la merecería más si estuviera en edición de bolsillo como la he visto en Waterstones, en Londres. "El Viaje de Hawkwood" y "Los Reyes Heréticos", tomos 1 y 2 en castellano, vienen en dos tomos de nombres diferentes, pero más rentables económicamente, puesto que además me parece que añaden parte del tercer libro: "Las Guerras de Hierro". Aquí nos limitamos a ver la saga dividida en cinco tomos, los cuales salen a la nada desdeñable cantidad de unos 20 eos cada uno. Y por unas 400 páginas es mucho, para qué engañarnos.
Y sin embargo, yo creo que no está nada mal. De hecho, está muy bien si eres fan de "Canción de Hielo y Fuego" y tienes un mono terrorífico, esperando como agua de mayo la segunda temporada de la serie y "Winds of Winter". Es en ese horrible momento en el que comprendes que ya te has devorado todo acerca del mundo de Poniente cuando empiezas a mirar alternativas y te encuentras con esta recomendación, de páginas tan "Ponientis" como westeros.org y asshai.com, y te adentras en un mundo fantástico muy similar a la realidad.
Y tras el mapa, pongo el argumento, sacado de la misma página de Alamut ediciones de antes:
http://www.alamutediciones.com/alamut/titulos/viajehawkwood.htm
No es nada difícil relacionar esa santa ciudad Aekir conquistada por los infieles con la inconquistable Constantinopla, llave del Occidente cristiano, tomada por Muhammad II en 1.453 (recomendación personal: jugar al Europa Universalis III si queréis que se os grabe la fecha indeleblemente en la memoria). El resto de naciones van siendo reveladas por sus costumbres y su posición en ese mapa tan "europeo": la Hebrión/Castilla de los Inquisidores o la Sicilia Gabrionesa, de la cual vienen uestro protagonista: Cristobal Colón convertido en un valeroso explorador llamado Hawkwood, que ansía llegar al otro lado del Mar, algo que nadie nunca se ha atrevido a hacer, ¿os suena?
Pese a tantas resemblanzas históricas, lo cierto es que poco a poco el escritor va desviándose de lo ocurrido en nuestra Edad Moderna y va pintando este mundo realista y "Cancioneril" de magia, duendes y otras criaturas que no desvelaré para no chafar la trama. El principio es decente, aunque no te implica tanto como pueden hacerlo las primeras páginas de "Juego de Tronos" cuando ves caer a Bran de la torre o la muerte de "Dama", o incluso lecturas de fantasía más facilona como "El Nombre del Viento" o "Eragon", pero de la mitad en adelante va mejorando hasta llegar a un final que a mí me sorprendió bastante, y que además resulta casi tan épico como el del "Mass Effect 1".
Por ello lo recomiendo. Si te muerdes las uñas pensando en el 1 de abril, en cuando Martin va a sacar "Winds" o cuando Gigamesh pondrá a la venta "Danza" en español, vete a una biblioteca y pídelo. O aprovecha que en el Fnac se puede leer y échate un par de semanitas allí, que el libro es caro. Merece la pena, y si te lo quieres comprar ayudarías a que se difundiera mejor en España, donde no está teniendo la mejor acogida del mundo, y quizás a rebajar su precio. Pero desde luego NO TE LO LEAS si esperas una nueva "Canción de Hielo y Fuegio", porque por mucho que alaben a Kearney, al menos en este primer volumen no le llega a la suela a Martin, pero es que este es muy grande en todos los sentidos.
Que el Dios os acompañe
Blackwood, Bracken, Mallister, Casas que Invernalia nunca había gobernado, pero Catelyn vio cómo se levantaban, desenfundaban las armas, doblaban las rodillas y gritaban los antiguos lemas que no se habían escuchado en el reino desde hacía más de trescientos años, desde que Aegon el Dragón unificara los Siete Reinos... Pero en aquel momento volvían a escucharse, retumbando entre las vigas de la sala de su padre. —¡El Rey en el Norte! —¡El Rey en el Norte! —¡El Rey en el Norte!
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